¿Te preocupa la salud financiera de tu empresa? ¿Tienes problemas para mantener a salvo la actividad diaria de tu negocio? Si es así en este artículo te recordamos que existen varias fórmulas que te permitirán olvidarte de las noches de insomnio y recuperar tu salud tanto física como empresarial.
El factoring es una de ellas. Te explicamos en qué consiste y por qué gracias a él podrás simplificar la contabilidad de tu compañía.
Factoring y la financiación a corto plazo
Sin liquidez el funcionamiento diario de cualquier empresa sería prácticamente imposible. Gracias a fórmulas como el factoring, las compañías pueden obtener la financiación que necesitan en un plazo corto de tiempo.
¿De qué forma? con la cesión de los derechos de cobro de tus facturas a la entidad con la que firma el acuerdo de financiación. De esta forma, la empresa recibe el dinero por adelantado por los trabajos o servicios que presta a un tercero. Además, también se puede desentender de las operaciones administrativas relacionadas con los retrasos, impagos, etc.
Tipos de factoring
Imagina que tu cliente no paga esas facturas. En este caso se puede actuar de dos formas:
- Tu empresa asumirá el riesgo de mora. Es lo que se conoce como el factoring con recurso.
- Este riesgo lo asumirá la entidad con la que has firmado el acuerdo de financiación. En este caso nos referimos al factoring sin recurso.
Existen un dato de la Asociación Española de Factoring que nos da idea de la importancia que tienen este tipo de operaciones entre las compañías de nuestro país: en el año 2017 crecieron un 12,01%. Hay que destacar que la modalidad sin recurso es la que mejor aceptación tiene entre las empresas grandes y medianas.
En el informe de la AEF también se indica que el factoring todavía no es muy popular entre los autónomos y pequeñas empresas. En parte se debe a que las grandes entidades que utilizan esta fórmula solo aceptan facturas de clientes solventes.
Quién interviene en una operación de factoring
Cedente. Se trata de la empresa que necesita una financiación a corto plazo y que por eso cede el derecho de cobro de sus facturas.
Empresa factor. Es la entidad con la que el cedente firma el contrato de factoring.
Cliente. Es el que tiene la obligación de realizar el pago en la fecha de vencimiento de la factura.
Qué se debe de tener en cuenta en el factoring
Si tu empresa va contratar este servicio el primer paso que deberás dar es averiguar la solvencia y experiencia de la entidad con la que realizarás la operación. Por supuesto, también es necesario saber qué garantías te ofrece.
Si finalmente tu empresa y la entidad firman un contrato en este se debe explicar de forma detallada el procedimiento que se llevará a cabo. El cliente debe de estar informado de todo ello.
Si tu compañía opta por la modalidad sin recurso es aconsejable que antes se informe sobre las empresas con las que va a trabajar y que se asegure que sus cuentas son claras y transparentes. También es muy importante conocer cuál es su historial del pagos.
¿Cuáles son las ventajas que aporta el factoring?
Simplifica la contabilidad del usuario. El factoring le permite a la empresa disponer siempre de la liquidez que necesita para funcionar y no produce endeudamiento. En este caso no son necesarias las dotaciones y provisiones de insolvencia. Se simplifica la planeación del flujo de caja de la empresa.
Reduce los costes administrativos ya que las gestiones de cobro y las operaciones relacionadas con los impagos o los retrasos ya no están en manos de la empresa cedente. El empresario puede por tanto dedicarse plenamente a otro tipo de actividades como son la producción o la venta.
Es un producto flexible que se adapta a las necesidades de la empresa.
La empresa recibe la financiación que necesita desde el mismo momento en que se produce la venta.
¿Cómo se contabilizan las operaciones de factoring?
Modalidad sin recurso
En esta modalidad la entidad financiera contratada es la que asume el riesgo de impago en caso de insolvencia por parte del deudor. En estos casos en el balance de la empresa cedente desaparece el crédito pendiente con el cliente.
Puede suceder que la empresa factor retenga un porcentaje del nominal del crédito como garantía de impago. Si este se produjera, la entidad no va a reclamar la deuda contraída con el cliente pero se quedará con el importe retenido como garantía. En estos casos nuestra compañía deberá contabilizar esta pérdida.
Modalidad con recurso
En este caso el riesgo de impago no lo asume la entidad financiera con la que se contrató el factoring. Por lo tanto, la compañía debe mantener un pasivo en su balance hasta que el cliente abone su deuda a la empresa factor.