El miedo a la expansión del coronavirus por todo el territorio nacional ha traído consigo una consecuencia inesperada en el mundo laboral: la implantación a marchas forzadas del teletrabajo en gran parte de las empresas del país. Ayer mismo, desde el Ministerio de Sanidad se recomendaba a las compañías «siempre que fuera posible» fomentar el trabajo en remoto con el fin de prevenir el contagio de la enfermedad entre sus empleados.

La medida ya no coge por sorpresa a nadie. Desde hace ya algunos días empresas como El Corte Inglés, Twitter, Bankia o Telefónica están pidiendo a sus trabajadores que no acudan a la oficina y que realicen su labor profesional desde casa. Aún es muy pronto para saber si esta medida de prevención servirá para frenar el avance del Covid-19 pero ¿será el principio de la implantación definitiva de una solución laboral muy demandada por los trabajadores?

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El teletrabajo escala puestos gracias a una enfermedad: el coronavirus

Hace una semana, en este mismo blog, nos hacíamos eco de diversos estudios en los que destacaba el hecho de que España está a la cola de Europa en teletrabajo. Solo un 4% de los trabajadores asalariados de nuestro país realiza su actividad profesional desde casa, una cifra que está muy por debajo de la medida europea: el 25%.

Con el aumento del número de infectados por coronavirus, nuestras empresas han decidido optar por esta modalidad laboral (ya sea por iniciativa propia o por seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias). El avance es positivo pero ¿estamos preparados en España para adoptar esta solución?

¿Están preparadas nuestras empresas para el teletrabajo?

A día de hoy casi el 100% de las empresas nacionales poseen conexión a internet y tres de cada cuatro ponen a disposición de sus empleados dispositivos con conexión móvil. Es decir, que a nivel tecnológico no tendría por qué haber problemas para fomentar el teletrabajo.

La presidenta de UDIMA (Universidad a Distancia de Madrid), Arancha de las Heras asegura que en España aún no estamos preparados para trabajar desde casa. Según declaró a newtral.es hace unos días: «No estamos organizados por objetivos, no todos los puestos son teletrabajables e incluso no todas las empresas disponen de la tecnología necesaria». A pesar de esto cree que su implantación puede ser muy beneficiosa para la productividad de los profesionales ya que «si está bien planificado, el teletrabajador tiene menos interrupciones del entorno, como las de compañeros o responsables».

Sin embargo, pocas compañías lo practican de forma habitual. En muchos casos, porque no han elaborado con anterioridad estrategias para su implantación por lo que una vez pasada esta crisis sanitaria es muy posible que la medida fracase.

Pero la falta de experiencia no es el único motivo para que el teletrabajo sea poco más que residual en nuestro país. La cultura del presencialismo también dificulta su implantación: los mandos superiores no perciben el mismo compromiso de los trabajadores si trabajan desde casa y estos no confían en su propia capacidad de gestión.

Otro de los motivos que se apuntan es la falta de legislación al respecto. Muchas empresas dicen que no hay medidas suficientes para promover esta modalidad laboral dentro de las compañías. Sin embargo, el responsable de digitalización en el trabajo de UGT, José Varela, asegura que los países con índices más altos de teletrabajo apenas tienen leyes relativas a esta variante tan relacionada con la conciliación.

También hay que tener en cuenta que esta medida no se puede implantar ni en todos los sectores ni en todos los departamentos de las compañías. Pensemos por un momento en la hostelería o en las empresas vinculadas a la construcción. Más allá del trabajo administrativo, el teletrabajo es inviable.

¿En qué nos beneficia el teletrabajo?

Además de suponer un muro frente a la expansión del coronavirus en nuestro país, el teletrabajo trae consigo numerosas ventajas para el trabajador, para la empresas y por supuesto, para el medio ambiente.

  • Es una excelente herramienta para la conciliación de la vida laboral con la personal.
  • Varios estudios han demostrado que aumenta la productividad entre los trabajadores.
  • Ayuda a atraer y a retener el talento en las empresas.
  • Al no haber tantos desplazamientos hacia las oficinas, las emisiones de CO2 se reducen notablemente, sobre todo en las grandes urbes.
  • La satisfacción que produce en los trabajadores que lo practican hace que su eficacia laboral aumente de forma considerable.
  • Aunque su implantación en las pequeñas y medianas empresas sea más difícil, no hay que olvidar que el teletrabajo les permite ahorrar hasta un 30% en infraestructuras.

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