El Banco Central Europeo (BCE) ha dado importantes pasos en el desarrollo del euro digital, un proyecto que busca sentar las bases de una nueva moneda digital para la zona del euro. Desde su lanzamiento el 1 de noviembre de 2023, el BCE ha estado trabajando en la preparación de este innovador sistema de pagos, con el objetivo de garantizar que el euro digital pueda mejorar la eficiencia de los pagos transfronterizos y fortalecer la economía digital europea.
Convocatorias y selección de proveedores
En el marco de este proyecto, el BCE lanzó en enero de 2024 varias convocatorias para seleccionar proveedores que desarrollen los componentes digitales necesarios para el euro digital. Con un presupuesto que supera los 1.100 millones de euros, estas convocatorias son fundamentales para la construcción del ecosistema tecnológico que soportará esta nueva moneda. Después de la fase de recepción de candidaturas, el BCE ha invitado a los proveedores seleccionados a presentar sus ofertas, con la expectativa de concluir este proceso a finales de 2025.
El BCE también ha trabajado en la actualización de las normas de funcionamiento del euro digital, buscando armonizar los pagos digitales en toda la zona del euro. Esta actualización ha sido realizada después de consultas con consumidores, minoristas y proveedores de servicios de pago, lo que garantiza que las necesidades del mercado sean atendidas adecuadamente.
Investigación y colaboración con partes interesadas
Una parte clave del proceso de desarrollo del euro digital es la investigación sobre las preferencias y necesidades de los usuarios. El BCE ha lanzado actividades tanto cuantitativas como cualitativas, como encuestas y entrevistas en línea, para recopilar datos de usuarios clave, incluidos pequeños comerciantes y consumidores vulnerables. Estas investigaciones son esenciales para garantizar que el euro digital sea accesible, seguro y fácil de usar para todos los ciudadanos de la zona del euro. Los resultados de estas investigaciones se publicarán a mediados de 2025, permitiendo al BCE ajustar su enfoque en función de las respuestas de los usuarios.
Además, el BCE está colaborando con una amplia variedad de actores del sector financiero, incluidas empresas fintech, universidades y comercios, para explorar aplicaciones innovadoras del euro digital. Un ejemplo de estas exploraciones es la prueba de pagos condicionales, aquellos que se realizan automáticamente cuando se cumplen condiciones predefinidas. Estos avances podrían transformar la manera en que las empresas y los consumidores realizan transacciones.
Gestión de riesgos y regulación del euro digital
En paralelo al desarrollo de la infraestructura tecnológica, el BCE también está trabajando con expertos de los bancos centrales del Eurosistema y autoridades nacionales para establecer límites a la tenencia de euros digitales. Esta medida tiene como objetivo equilibrar la experiencia del usuario con las implicaciones para la política monetaria y la estabilidad financiera. A lo largo de 2025, el BCE llevará a cabo un análisis para determinar cómo establecer estos límites y qué factores deben ser considerados en su calibración.
El proyecto también está avanzando en el desarrollo de estándares sobre la experiencia mínima de usuario y la gestión de riesgos, elementos clave para asegurar la seguridad y la confianza en el euro digital. Estas normas, que se actualizaron en mayo de 2024, son fundamentales para garantizar que el euro digital sea una herramienta viable y segura tanto para consumidores como para empresas.
El futuro del euro digital
A pesar de los avances significativos, el BCE no tomará una decisión sobre la emisión oficial del euro digital hasta que se haya adoptado la legislación correspondiente en la Unión Europea. Este paso será crucial para definir la naturaleza jurídica del euro digital y su integración con los sistemas financieros tradicionales. El BCE ha dejado claro que el euro digital no solo debe ser eficiente desde el punto de vista tecnológico, sino también alineado con las normativas europeas y con las expectativas de los ciudadanos.
Este proyecto no solo representa una evolución en la política monetaria de la zona del euro, sino también una oportunidad para que Europa lidere la transformación digital de los pagos. Con la continua colaboración entre el BCE, los bancos centrales nacionales, el sector privado y los consumidores, el euro digital podría convertirse en una herramienta esencial para el futuro económico de la región.
Conclusión
En resumen, el BCE está avanzando a buen ritmo en la preparación del euro digital, con una serie de pasos estratégicos que incluyen la selección de proveedores, la investigación de las preferencias de los usuarios, y la colaboración con diversas partes interesadas. A medida que se acerque el final de 2025, se espera que se tomen decisiones clave sobre la emisión del euro digital, que podría transformar la manera en que los ciudadanos de la zona del euro interactúan con su dinero y realizan transacciones. La creación de un sistema de pagos más inclusivo, eficiente y seguro podría consolidar a Europa como un líder en la economía digital global.
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