El Banco Central Europeo ya está preparando el lanzamiento del euro digital. Aunque aún no hay fecha definitiva, el organismo europeo ha anunciado que el proyecto se encuentra en la fase preparación. «estamos desarrollando el concepto, realizando experimentos prácticos, escuchando las opiniones del público más amplio y colaborando con los interesados», aseguran desde la entidad.
Además, el director general adjunto de Innovación Financiera e Infraestructuras de Mercado del Banco de España, Carlos Conesa, indicó hace unos días que “la decisión de lanzar un euro digital es muy cercana”. Conesa sostiene la divisa comunitaria en versión digital no pretende acabar con el dinero en efectivo y que su emisión no responde «a una amenaza concreta».
Pero ¿qué es el euro digital y para qué sirve? Te lo explicamos en este artículo.
¿Qué es el euro digital y por qué es necesario?
Según explica el propio BCE, el euro digital sería una forma electrónica de dinero emitida por el Eurosistema (el BCE y los bancos centrales nacionales) al que todos los ciudadanos y empresas podrán acceder.
Una y otra vez insisten en que la divisa comunitaria en formato digital no sustituirá al dinero en efectivo y que el eurosistema garantizará el acceso de todos los ciudadanos a los monedas y billetes en euros. Lo consideran un medio alternativo para realizar pagos, de forma rápida y sencilla.
Con él pretenden apoyar la digitalización de la economía europea y fomentar la innovación en los pagos minoristas.
En la actualidad se encuentra en fase de preparación. El consejo de gobierno del BCN decidirá a mediados de este año si avanza o no hacia la fase de investigación formal. Hace unas semanas la presidenta del banco europeo, Christine Lagarde afirmó que la moneda podría estar lista en el 2025.
Sus ventajas
- El euro digital busca combinar la eficacia de un instrumento de pago digital con la seguridad del dinero del banco central.
- Con él se podrá hacer frente a situaciones en las que el dinero en efectivo deje de ser el medio de pago preferido.
- Evitará la dependencia de medios de pago digitales emitidos fuera de la zona euro ya que «pueden poner en riesgo la estabilidad financiera y la soberanía monetaria».
- Con él se garantizará también la protección de la privacidad.
El euro digital no es un criptoactivo ni tampoco sustituye al dinero en efectivo
El BCE asegura que el euro digital no es un criptoactivo, ya que este no es dinero emitido por el banco central. Hay diferencias entre la moneda comunitaria digital y estos.
Los criptoactivos suelen tener precios volátiles, una circunstancia que hace difícil usarlos como medio de pago o unidad de cuenta. Además, no están respaldados por ninguna institución pública, al contrario de lo que sucede con el euro digital, que cuenta con el apoyo del banco europeo.
Según una encuesta realizada por el organismo a 8.000 personas, la privacidad es la cuestión relativa a la moneda virtual que más preocupa a los ciudadanos europeos. Otros factores que han salido a la luz tras esta consulta son: la seguridad, su uso para realizar pagos en la zona euro, su gratuidad y su posible «usabilidad online».
En cualquier caso, independientemente de cómo sea diseñado, el euro virtual no pretende ser un sustituto del dinero en efectivo y el organismo bancario europeo se asegurará de que no sea así.
El PSOE propone la creación de una moneda digital pública ligada al euro digital
El PSOE ha presentado en el Congreso una proposición no de ley para impulsar la creación de una moneda digital pública con el fin de recuperar el «control democrático» de la política monetaria. Piden la colaboración del Banco de España para evaluar el desarrollo de un euro digital que ofrezca mayor estabilidad a la economía española y al conjunto de la eurozona.
Según el partido socialista, existen varios motivos para hacer esta solicitud: las nuevas formas de pago digitales y el auge de la banca en la sombra. Además, el dinero público digital ayudaría a la inclusión financiera de ciertos colectivos sociales que tienen el acceso más difícil a los servicios bancarios tradicionales.
El declive del uso del dinero en efectivo, acelerado por la pandemia, ha impulsado el empleo de medios de pago digitales. Si el primero desaparece, dicen los socialistas, todo el dinero en circulación sería bancario y privado, «lo que implicaría una mayor inestabilidad que justamente trató de minimizar la creación de los bancos centrales tal y como los conocemos hoy».
Si lo ciudadanos pueden tener cuentas abiertas en un banco central, sería posible mayor control sobre el dinero y mantener el anonimato de los datos relativos a las transacciones.
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