La Inteligencia Artificial (IA) está revolucionando la industria financiera, y el sector FinTech se encuentra en el epicentro de esta transformación. Así lo revela un reciente informe elaborado por Berocam, firma experta en gestión del dato y de la IA, en colaboración con la Asociación Española de FinTech e InsurTech (AEFI). Este análisis detalla tanto las oportunidades como los desafíos que surgen de la creciente implementación de tecnologías de IA, especialmente a raíz de la nueva normativa europea.
La revolución de la IA generativa en FinTech
En los últimos años, el avance de la IA y su impacto en el sector fintech es evidente. La IA generativa concretamente ha permitido a las empresas FinTech automatizar procesos, reducir costes y ofrecer experiencias altamente personalizadas a los usuarios. Estas tecnologías ya no se limitan a tareas básicas, sino que abarcan desde el asesoramiento financiero automatizado hasta el diseño de carteras de inversión adaptadas al perfil de cada cliente.
La incorporación de chatbots y asistentes virtuales ha mejorado significativamente la atención al cliente, al ofrecer respuestas inmediatas, eficientes y personalizadas. Por otro lado, el análisis predictivo basado en IA permite anticiparse a tendencias de mercado, mejorar la gestión de riesgos y optimizar la toma de decisiones. En definitiva, se trata de herramientas que no solo incrementan la eficiencia operativa, sino que también elevan la competitividad de las FinTech frente a los actores tradicionales del sector financiero.
Riesgos inherentes al uso de IA
No obstante, el informe advierte que esta revolución tecnológica también acarrea una serie de riesgos que deben gestionarse con responsabilidad. Uno de los más relevantes es el de los sesgos algorítmicos. Cuando los modelos de IA se entrenan con datos no representativos o desequilibrados, pueden reproducir patrones injustos que, por ejemplo, afecten negativamente a determinados grupos en procesos como la concesión de créditos.
Además, la seguridad de los datos es otro punto crítico. Las FinTech manejan información financiera altamente sensible, lo que las convierte en blanco habitual de ciberataques. Por ello, resulta imprescindible implementar políticas de ciberseguridad robustas, así como auditar regularmente los modelos para garantizar su fiabilidad y equidad.
Un nuevo marco regulatorio: equilibrio entre innovación y control
La entrada en vigor del Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial en agosto de 2024 ha supuesto un punto de inflexión en la forma en que las empresas deben abordar el uso de esta tecnología. Este reglamento clasifica los sistemas de IA según su nivel de riesgo: desde inaceptable (prohibido) hasta mínimo o nulo, pasando por los considerados de alto riesgo, sujetos a controles estrictos.
En el caso del sector FinTech, aquellos sistemas utilizados para evaluar la solvencia crediticia se encuadran dentro de la categoría de alto riesgo, dada su influencia directa en el acceso a productos y servicios financieros. Esta clasificación implica la necesidad de controles rigurosos y transparencia en los modelos utilizados. Sin embargo, otras aplicaciones como la detección de fraudes o el cálculo de requerimientos de capital quedan fuera de esta categoría, lo que ofrece cierto margen de actuación sin restricciones excesivas.
El reglamento también exige etiquetar los contenidos generados por IA y delimitar claramente las responsabilidades legales de cada actor dentro de la cadena de valor tecnológica. Este enfoque pretende aumentar la confianza del consumidor y fomentar un entorno más seguro y ético para el uso de la IA.
La necesidad de una regulación adaptativa
Uno de los grandes desafíos que plantea este nuevo entorno regulatorio es cómo encontrar el equilibrio adecuado entre garantizar un uso responsable de la IA y no frenar la innovación. Un marco demasiado restrictivo podría dificultar la adopción de tecnologías que son clave para mejorar la eficiencia y competitividad de las FinTech, especialmente entre startups y pymes que no siempre disponen de los recursos necesarios para cumplir con exigencias normativas complejas.
En este sentido, la AEFI ha jugado un papel crucial al promover un enfoque normativo que combine protección e impulso a la innovación. Su trabajo en la elaboración de marcos como la Ley de Startups o la directiva PSD2 ha demostrado que es posible construir un ecosistema regulatorio favorable sin comprometer la seguridad ni la ética.
Hacia un futuro responsable y competitivo
Tal y como destaca Antonio J. Rodríguez Bes, CEO de Berocam, la IA está redefiniendo la operativa de las empresas FinTech, abriendo nuevas vías para mejorar tanto la experiencia del usuario como la eficiencia de los servicios. No obstante, subraya que solo a través de una regulación flexible y bien diseñada se podrá garantizar un desarrollo tecnológico que sea, al mismo tiempo, innovador, ético y seguro.
La hoja de ruta es clara: aprovechar al máximo el potencial de la IA pasa por una gestión rigurosa de los datos, una vigilancia activa sobre los riesgos y un diálogo constante entre reguladores, empresas y usuarios. Solo así se podrá consolidar un ecosistema FinTech capaz de liderar la transformación digital del sector financiero con garantías de transparencia y justicia.