España ocupa el séptimo lugar del ranking elaborado por McKinsey & Company con las 1.000 startups tecnológicas más importantes de Europa. La clasificación forma parte del estudio Fórmula ganadora: Cómo las principales startups tecnológicas de Europa lo han conseguido, en el que se analiza de qué forma estas empresas de nueva creación han llegado a alcanzar valoraciones de nueve, diez u once cifras.
El valor medio de las startups españoles es de 513 millones de euros
Según el informe elaborado por McKinsey & Company, las startups tecnológicas se están desarrollando a un ritmo sin precedentes. Inversores, clientes y socios corporativos de todo el mundo dirigen su mirada hacia este tipo de empresas, cuyo valor medio es de 890 millones de euros.
En el caso español, el valor de tasación de las startups es de 513 millones, un 42% menos que a nivel europeo. A pesar de este dato recogido en el informe, lo cierto es que «el sector tecnológico y emprendedor cada vez tiene un mayor peso económico», según Josep Maria Romances, de Closa Investment Bankers. En la presentación del estudio Scanner Startups Ecosystem, el responsable de la firma de inversiones destacó la fortaleza del sector frente a la crisis generada a raíz de la pandemia.
140.000 millones de financiación
En conjunto, las principales startups tecnológicas perciben una financiación de 140.000 millones de euros. En el caso de España esta cifra es más pequeña. Las empresas tecnológicas de nueva creación de nuestro país reciben una financiación media de 117 millones (una startup europea cuenta con 164).
A pesar de todo, la inversión en España ha crecido. El estudio Scanner Startups Ecosystem, que recoge las operaciones cerradas en 2018, 2019 y 2020 del sector emprendedor a nivel nacional, asegura que el volumen de inversiones en startups españolas creció un 4,3 en 2020 con respecto al año anterior. Durante la presentación del informe, Miguel Vicente, presidente de Barcelona Tech City, aseguró que durante el primer trimestre de 2021, el sector logró 750 millones en inversión. Además, cree que el ritmo de crecimiento se mantendrá en los próximos meses.
Otro dato a destacar sobre las startups tecnológicas nacionales es que el promedio de personas empleadas es un 12% superior al de Europa.
El 16% de las empresas emergentes son fintech o tecnologías financieras para la banca
El informe también analiza cuáles son los sectores que más atraen a los emprendedores. Según McKinsey, el 24% de las startups pertenecen a la industria de la biotecnología y la sanidad. Son empresas que se dedican al desarrollo de productos farmacéuticos, de diagnóstico o a dispositivos médicos.
El resto se dedica a la industria del B2B SaaS (18%) o al sector fintech. En concreto, el 16% de estas empresas son fintech o tecnologías financieras para la banca, el comercio, las criptomonedas y los seguros.
En el caso de España, el 29% de las startups pertenecen a la industria del marketplace. El 19% de las empresas se basan en la comercialización de la inteligencia artificial en sectores específicos o, están centradas en la creación de herramientas informáticas para científicos e ingenieros de datos.
El tercer puesto lo ocupan las firmas de biotecnología y sanidad y las que se dedican al sector de la movilidad.
Enfoques estratégicos
Existen cuatro enfoques estratégicos en las startups europeas: deep-tech, network, producto o escala. Estas últimas buscan el rápido crecimiento de las ventas mediante el exceso de funciones comerciales.
Tanto en España como en el resto de Europa, la mayor parte de las firmas suelen basar sus estrategias en el producto (37% y un 45% respectivamente). Habitualmente son empresas fintech o B2B SaaS. Necesitan menos financiación que el resto y se centran en un producto inicial bien definido.
Para poder elaborar este ranking, McKinsey & Company seleccionó una muestra de 1.000 startups tecnológicas fundadas después del 2000. Las firmas pertenecen a 33 países europeos, entre ellos España, que aporta a la clasificación 30 empresas.
Las startups tecnológicas más importantes del continente destacan por alguna o varias de estas 15 capacidades. Su velocidad de expansión, propuesta de valor, su arquitectura tecnológica o su capacidad de innovar continuamente y desarrollar fosos competitivos defendibles son algunas de las más destacadas.
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