La Financiación de la Cadena de Suministro (SCF, o Supply Chain Finance) es un producto que probablemente no debería existir. En un mundo ideal, cada empresa en una cadena de suministro industrial aseguraría su propia financiación de los bancos y los inversores y no se preocuparía por la financiación de otras empresas en su misma cadena de valor. En el mundo real, sin embargo, la SCF se ha establecido desde hace tiempo como una herramienta, favorecida por las grandes empresas en particular, para apoyar (y a veces “presionar”) a sus proveedores.
Teniendo en cuenta los actuales desequilibrios en los mercados de financiación corporativa, con diferencias cada vez mayores entre las grandes empresas que se sientan en montones de liquidez, mientras que las más pequeñas suelen sufrir bajo las políticas crediticias restrictivas de los bancos, la SCF está creciendo a tasas sin precedentes en todo el mundo. De acuerdo con una investigación reciente de Demica, un proveedor con sede en Londres de soluciones de capital circulante, los principales bancos de todo el mundo informan de tasas de crecimiento anuales en sus programas de financiación de la cadena de suministro de alrededor de 30% a 40%. En algunos mercados de Europa, los bancos informan tasas de crecimiento de 70% o más.
De un producto elitista a una “commodity”
Se espera que los programas de SCF van a seguir creciendo en importancia en los próximos años, aunque a ritmos inferiores que en el pasado reciente. Esta es una buena noticia para los directores financieros de las empresas grandes y pequeñas por igual. Ambos pueden esperar nuevos jugadores en el mercado, trayendo consigo nuevas soluciones innovadoras y creativas, mientras que los jugadores establecidos (la banca en general) tratan de defender sus posiciones, intentando mejorar sus precios y la gestión de relaciones con sus clientes.
Al mismo tiempo, muchos encuestados esperan que las empresas que aún tienen que establecer un programa de SCF se verán obligados a introducirlo en un futuro próximo. De hecho, si no hay un cambio fundamental en los mercados de financiación en breve, las diferencias entre el acceso de financiación para las grandes empresas y los más pequeños seguirán creciendo, provocando tensiones e incluso el cierre de los eslabones más débiles de la cadena.
Esto hará que las estrategias de SCF sean aún más atractivas, sobre todo en las industrias con largas y profundas cadenas de suministro, tales como automóviles, productos químicos o farmacéuticos. La “comoditización” de la SCF acompañará este cambio, sobre todo para los programas de SCF de alcance nacional. Se espera que en gran medida los programas de SCF transfronterizos permanezcan como productos financieros complejos y de alto valor añadido durante mucho tiempo todavía. Aquí es también donde los directores financieros ven la mayor oportunidad en el ámbito de los bancos, para desarrollar mejores soluciones, especialmente a la luz de los avances tecnológicos actuales.
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