Sólo con una gestión eficiente de la tesorería, la empresa puede garantizar su salud financiera y, con ella, asegurar su estabilidad en el futuro. Pero, en ocasiones, la falta de planificación, la mala gestión del inventario o las demoras en los cobros, pueden poner en riesgo la viabilidad del proyecto empresarial.
Gestión de tesorería. Qué es y cómo llevarla a cabo de forma eficaz
Con la gestión de tesorería, el departamento financiero de la empresa administra el flujo de efectivo de la misma. El principal objetivo es garantizar que existan fondos suficientes para poder frente a todas las obligaciones de pago de la compañía. Pero, además de administrar de forma adecuada los fondos, es fundamental tener en cuenta los posibles escenarios de riesgo crediticio que pudieran acabar con la buena salud financiera de la empresa.
Principales problemas de tesorería
- Falta de planificación, que implica que muchas empresas no anticipan sus necesidades de efectivo a corto, medio o largo plazo.
- Demoras en los cobros. Según el Estudio de la gestión del riesgo de crédito, el 56% de las empresas españolas sufre el impacto negativo de la morosidad en su cuenta de resultados.
- Mala gestión del inventario. El exceso de stock genera costes de almacenamiento y pérdidas por la no venta del producto.
- Falta de actualización de la información financiera. Sin un buen sistema de contabilidad, no es posible tener una visión clara de los flujos de efectivo.
- Financiación inadecuada. En ocasiones, las empresas dependen demasiado de los préstamos o de los créditos para financiar sus operaciones diarias.
Gestionar la tesorería de forma eficaz es posible
Los objetivos de la gestión eficaz de la tesorería son varios. Destacamos los tres más importantes:
- Conseguir la máxima rentabilidad.
- Minimizar el riesgo en el caso de que surja alguna emergencia o se den situaciones imprevistas.
- Reducir los costes financieros.
Para lograr estos objetivos, es imprescindible llevar a cabo determinadas acciones:
- Elaborar un presupuesto preciso en el que consten las ventas, la facturación, los plazos de pago que tienen tanto los clientes como los proveedores y también los pagos que se realizan para acabar con los créditos o las deudas de financiación. Existen software específicos para realizar estas tareas. Con ellos no sólo se ahorra tiempo, el departamento financiero de la empresa también consigue aumentar la precisión y la exactitud de los datos.
- Asegurarse una cartera de clientes que puedan garantizar la liquidación de sus facturas en plazos no superiores a los establecidos por la ley.
- Establecer políticas de cobro efectivas: indicar de forma clara los plazos de los pagos, incentivar los pagos anticipados y mantener una comunicación fluida con los clientes.
- Negociar con los proveedores condiciones de pago beneficiosas para la empresa.
- Diversificar las fuentes de financiación y considerar alternativas.
- Reestructurar la deuda si es necesario y siempre que sea posible.
En ocasiones, será necesario recurrir a soluciones de financiación a corto plazo. Nos referimos al anticipo de facturas, al descuento de pagarés y al confirming.
El anticipo de facturas permite obtener anticipos sobre los créditos comerciales pendientes de cobro de forma ágil y flexible. El descuento de pagarés permite a las empresas cubrir sus necesidades de capital circulante; y el confirming es una forma de financiar a los proveedores fuera del actual sistema bancario.