En lo que respecta al entorno actual empresarial en nuestro país, el 99% de las empresas son pymes. Algunas de ellas (la mayoría) no cuentan con un departamento propio de financiación formado por analistas profesionales que sepan que herramienta de pago es mejor utilizar en cada ocasión.

Por ello resulta común confundir la función del pagaré y del pago domiciliado como medio de pago entre empresas.

En el post de hoy hablaremos de las ventajas y desventajas que proporciona el sistema de recibos domiciliados como medio de pago más conocido como remesas SEPA y su diferencia con el pagaré.

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¿Qué es un recibo domiciliado?

Es un medio de pago que se utiliza de forma muy habitual entre empresas en nuestro país.

Se trata de un sistema muy simple e intuitivo que por lo general suele estar respaldado por un software bancario.

Cuando se produce una transacción comercial entre dos empresas por ejemplo por la prestación de un servicio, es habitual que para poder cobrarlo, la empresa deudora le diga a la acreedora que lo haga mediante un recibo domiciliado.

En este momento la empresa acreedora emitirá un giro de cobro desde su banco, que irá directo a la entidad bancaria y más concretamente a la cuenta bancaria de la empresa deudora.

La principal diferencia entre el recibo domiciliado y el pagaré es que en el primero, el que inicia la operación de cobro a través de un giro es el acreedor.

¿Cómo funciona el sistema de pago de los recibos domiciliados?

Los bancos cuentan en su página web con programas específicos que facilitan todos estos trámites. Si nunca has realizado esta operación, es importante que acudas o llames a tu banco para que te lo activen y te faciliten las claves necesarias para su acceso.

Una vez hecho esto comienza el procedimiento.

Generación del mandato SEPA

El documento SEPA es el más importante de esta operación entre el acreedor y el deudor ya que es el que firma este último para autorizar el cargo en su cuenta del importe determinado.

En caso de realizar una operación de recibos domiciliados sin haber firmado antes este documento, existe un gran riesgo ya que el deudor contará con el plazo de un año para devolver el cargo en su cuenta. Si se hace de la forma correcta, el deudor solo dispondrá de un mes para echar atrás la operación.

Un documento SEPA debe de incluir:

— Información y datos concretos sobre ambas empresas

— El texto de autorización de la empresa deudora para emitirle el giro de cobro

— El consentimiento del banco deudor para que se proceda al cargo de los giros que emita el banco del acreedor.

Como apunte importante, es fundamental que este documento sea conservado por ambas partes mientras la operación esté vigente. Una vez finalizada también deberán mantenerse durante el periodo que marque la ley.

¿Cómo funciona el sistema de pago de los recibos domiciliados?

Lo primero es generar el efecto y enviarlo al banco. Debe de incluir el nombre del deudor, el importe el concepto por el que se efectúa el  obro y el número de cuenta de abono.

— El banco del acreedor girará este efecto al banco deudor.

— El importe del efecto se cargará en la cuenta del deudor siempre y cuando haya saldo

— Dicha cantidad llegará a la cuenta del acreedor mediante una transferencia

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¿Cuáles son entonces las principales diferencias entre un pagaré y un recibo domiciliado como medio de pago?

Recordemos que un pagaré en un medio de pago oficial de carácter privado y con una responsabilidad legal importante que obliga a ambas partes. El que lo emite se compromete  pagar la cantidad pactada en un plazo de tiempo concreto. En el propio pagaré se debe reflejar la cantidad y el plazo.

De producirse cualquier acuerdo adicional entre las partes, debe de venir recogido en el propio documento.

Los pagarés pueden traspasarse a través del endoso a otro beneficiario. Se traspasarán también sus derechos y obligaciones.

El pagaré no tiene fecha de caducidad ni pierde validez, por lo que siempre podrá ser reclamado por su beneficiario.

Además…

Un recibo domiciliado tiene menor peso legal que el pagaré ya que este último al estar firmado por ambas partes, le obliga al deudor a su cumplimiento con importantes consecuencias sino lo hace.

La principal diferencia entre un recibo domiciliado y un pagaré es que en el primero, el que inicia la operación de cobro a través de un giro es el acreedor.

Lo más habitual para las empresas es utilizar ambos medios de pago sin limitarse de forma exclusiva a uno de ellos.

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