Muchos organismos anuncian para los próximos meses una recesión económica a nivel mundial, de la que España tampoco no se librará. Sin embargo, todavía hay espacio para el optimismo en nuestro país. Según un estudio de PwC, la economía española sufrirá una desaceleración en el 2023 pero la inflación mejorará y se situará en una tasa del 4% en junio del próximo año.
La economía española frenará su crecimiento en 2023
«El año 2023 nos traerá un sensible frenazo en el ritmo de crecimiento de la economía española -que aumentará un 1,1%-, y una suave mejoría en la evolución de los precios, que podrían situarse en el 4% en junio próximo», así lo afirman los integrantes del Consenso Económico y Empresarial de PwC, correspondiente al cuarto trimestre del año.
La ralentización de la economía española se deberá, en parte, a la caída del consumo. De los 450 expertos consultados para la elaboración del informe de PwC, el 59,3% cree que la situación económica de las familias es regular y el 70,3% prevé que será peor durante los tres primeros meses del año.ç
Además de disminuir el consumo, los expertos creen que también caerá notablemente la compra de viviendas. El problema está en la subida de los tipos de interés y en el encarecimiento de las hipotecas.
La inversión en las empresas caerá
El 70,1% de los expertos encuestados para la elaboración del informe afirma que la situación financiera y económica de las empresas españolas es regular. Además, esperan que su deterioro sea mayor a corto plazo. «De cara a los próximos seis meses, el 67,8% prevé una disminución de la inversión productiva de las empresas y el 75,4%, de la creación de empleo», aseguran desde PwC.
Pero la situación empresarial es algo mejor que la de las familias españolas. Y todo gracias a las exportaciones. El 47,5% de los empresarios y directivos que han participado en el estudio cree que estas seguirán estables hasta mediados del 2023, gracias en parte a la depreciación del euro frente al dólar. «La situación económico-financiera actual de las compañías es incluso buena para uno de cada cinco panelistas, seguramente influenciados por los excelentes resultados económicos de sectores como la banca, el turismo, la energía o los seguros. El buen comportamiento de las exportaciones (que crecieron un 25% hasta agosto), beneficiadas en parte por la depreciación del euro, añade también una nota positiva a las expectativas empresariales, en contraste con el notable empeoramiento de las previsiones para la inversión productiva y para la creación de empleo.», según el informe.
¿La inflación es estructural o conyuntural?
Para la mayoría de los expertos encuestados es pronto para saberlo, pero ya hay voces que dicen que la inflación tiene carácter estrutural. Aunque la guerra de Ucrania finalice, la situación no volverá a ser la misma que la de antes de la invasión.
Sin embargo, no todos los analistas son tan pesimistas. Muchos creen que la presión inflacionista se ha suavizado y que seguirá así hasta mediados del año que viene, al menos. Esperan que en junio se pase del 4,3% al 4%. Esta tendencia a la baja de debe, en parte, a la política de precios de las empresas. Aunque la mayoría sigue pensando en aumentar los precios de sus bienes y servicios, este porcentaje es cinco puntos menor al de la anterior encuesta. Muchas compañías van a optar por establecer políticas de estabilidad.
En el caso de la eurozona, el 64,4% de los expertos considera que esta situación inflacionista no se ha visto desde la década de los setenta. Muchos piden que se aceleren las medidas en el seno de la UE. Además, el 52,9% advierte de que el BCE tendría que ajustar las subidas de los tipos de interés a la evolución de la coyuntura económica y sólo el 25,2% cree que debería acelerar el endurecimiento de la política monetaria.