La digitalización de los procesos productivos y los nuevos modelos de negocio han hecho que las empresas cambien su estructura organizacional para poder adaptarse con éxito a la evolución que está viviendo el mercado. Las compañías más innovadoras han apostado por reemplazar la clásica figura del jefe carismático y autoritario por la de un líder capaz de trabajar en equipo y de crear proyectos rompedores con las soluciones tradicionales.
En las escuelas de negocio se habla de líderes 3.0: directivos, que sin ser necesariamente nativos digitales, han evolucionado al mismo ritmo que las nuevas tecnologías y han desarrollado habilidades alejadas de la gestión tradicional de las empresas. A sus virtudes profesionales se suman cualidades como la empatía, la confianza o la honestidad.
¿Cómo es el nuevo líder? 5 rasgos que lo definen
1. Capacidad para trabajar en equipo
Un buen líder 3.0 debe crear equipos motivados capaces enfrentarse a los nuevos retos con confianza y determinación. Es empático y siempre está dispuesto a escuchar las propuestas de sus colaboradores. Su objetivo es buscar la implicación de sus trabajadores con la empresa y por ello debe mostrarse cercano, dispuesto a hablar y aceptar que los demás asuman sus responsabilidades como profesionales que forman parte de un mismo proyecto.
Es preciso también que aprenda a delegar. De esta forma podrá dedicar su tiempo a otros asuntos que requieran su atención. Su equipo de colaboradores agradecerá la confianza que ha puesto en ellos y reforzará así el sentimiento de pertenencia al grupo.
2. Visión estratégica
El nuevo líder debe ser capaz de anticiparse a los cambios que puedan surgir en el mercado. Para ello es preciso que posea una visión estratégica que le permita afrontar con éxito los nuevos retos a los que se enfrentará su empresa.
¿En qué consiste la visión estratégica?
El líder 3.0 tiene deberá analizar la evolución y desarrollo del negocio desde distintas perspectivas. Su objetivo es identificar las oportunidades y también la de resolver problemas con soluciones innovadoras. En su trabajo es preciso que mantenga el equilibrio entre la prudencia y su alta tolerancia al riesgo.
3. Autoaprendizaje
El nuevo líder debe estar dispuesto a actualizar día a día sus conocimientos. No se trata de poseer más títulos o certificaciones académicas, sino de ser capaz de adaptarse a los cambios que surjan a nivel tecnológico o comercial y que afecten directamente a la marcha de su empresa. Su compromiso con la formación continua debe ser firme.
4. Capacidad de comunicación
Cualquiera puede tener ideas brillantes pero si no sabe comunicarlas su equipo no podrá trabajar en ellas para alcanzar el éxito. Un buen líder debe ser lo suficientemente hábil para transmitir a sus empleados lo que la empresa espera de ellos, sin necesidad de utilizar discursos grandilocuentes que marquen la distancia entre él y su equipo. Para ello es preciso que sea sincero, transparente y por supuesto empático.
Además, debe favorecer y apostar por la comunicación ascendente, es decir, la que permite a sus subordinados expresar sus ideas y proyectos a los responsables de la empresa. De esta forma, su equipo se sentirá motivado y comprenderá que forma parte de un proyecto común.
5. Flexibilidad
El nuevo líder debe estar preparado para adaptarse a todo tipo de circunstancias, ya sean favorables o no. Para ello es preciso que sepa anticiparse a los retos y necesidades futuras. Si es flexible podrá actuar de manera rápida y eficaz ante problemas repentinos.
La flexibilidad también significa que el líder no tiene miedo a cambiar de estrategia tantas veces como sea necesario. Siempre con el fin de adaptarse a las nuevas oportunidades que ofrece el mercado.
¿Qué otras cualidades crees que debería tener un líder 3.0?