Ante las tensiones de tesorería y situaciones de falta de liquidez, las empresas tienen un sinfín de posibilidades y de productos financieros para paliarlas. De hecho hay tantas opciones disponibles que resulta abrumador elegir con acierto: anticipo de facturas, factoring, confirming, descuento de papel comercial, póliza de crédito y hasta préstamos a corto plazo.

No debemos pensar que todas las opciones resultan apropiadas para nuestra situación y que debemos elegir según la facilidad o disponibilidad que tengamos de ellas, no. Existe una fuente de financiación para cada situación, así como existe la posibilidad de complementarlas.

Póliza o cuenta de crédito

Una de las más comunes y que más os sonará por su amplio uso es la póliza o cuenta de crédito. Esta fórmula de financiación supone que el banco o la entidad financiadora pone a nuestra disposición una cantidad pactada de la que podremos disponer.

Podemos retirarla y usarla con el fin de financiar nuestras operaciones hasta el límite pactado, siempre que al término del período devolvamos la cantidad en la línea de crédito completamente (no se devuelve en plazos).

El principal coste para nosotros es el interés sobre la cantidad dispuesta (Amén de comisiones de apertura y estudio que nos cobrarán los bancos si la tramitamos con ellos en vez de una fintech).

Si tenemos una póliza de crédito al 7% anual, y retiramos 3000 euros durante 30 días, la aproximación del coste del uso de este crédito será: 3000 * 7% * 30/365 (días) = 17.26 €

Pero también tenemos que tener en cuenta la más que probable comisión de no disposición cobrada por el banco. Sí, el banco nos cobra también por el dinero que no utilizamos, aunque evidentemente no al 7%

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¿Cuándo debemos utilizar este tipo de financiación?

Este tipo de financiación nos vendrá muy bien si tenemos un descuadre de tesorería estructural.

La aproximación para saber nuestro descuadre estructural de tesorería se calcula identificando la diferencia media entre lo que tardamos en pagar a nuestros proveedores y lo que tardamos en cobrar a nuestros clientes multiplicado por nuestro gasto medio diario

Es decir: PMC (período medio de cobro a clientes) – PMP (período medio de pago a proveedores), ya que la diferencia es la media en días de lo que tardamos en cobrar de nuestros clientes después de haber pagado ya a nuestros proveedores

Ahora lo multiplicamos por nuestro Gasto Medio Diario (Gasto Total Anual / 365) y tenemos la media de lo que nos gastamos mientras tardamos en cobrar de nuestros y clientes y ya hemos pagado a nuestros proveedores.

De nuevo: PMC – PMP * Gasto Medio Diario

¿Ya lo has calculado? ¿Tienes un descuadre estructural de tesorería? Pues la póliza de crédito puede ser una buena opción, especialmente si tus clientes son consumidores finales o muchas empresas muy pequeñas.

¿Por qué? Porque la atomización de tus clientes hace que sea difícil utilizar otras fuentes de financiación (tus clientes, por su tamaño, no tienen muchas garantías de solvencia) además de que sea difícil predecir exactamente cuánto necesitarás de crédito ya que habrá mucha frecuencia de pagos y por tanto el crédito requerido variará mucho.

Ahora, ¿es está siempre la mejor opción o la única que tienes que utilizar? No, para nada

El descuento comercial o descuento de papel

El descuento comercial (facturas, pagarés, letras de cambio) consiste en la presentación de las promesas de cobro que tienes con tus clientes ante una institución financiera para que ella gestione los cobros y te adelante el pago de tus clientes.

Aquí es importante tener en cuenta que no es lo mismo descontar pagaré o descontar facturas. El pagarés es entendido como un documento firme de pago, mientras que la factura no lo es.

Esto es así porque el pagaré, una vez vencido y presentado en tu banco, se cobra automáticamente entre los bancos de cliente y proveedor. El pago de la factura, como sabes, lamentablemente no está asegurado y mucho menos a vencimiento.

Por tanto, primera conclusión, te interesa siempre cobrar a tus clientes con pagaré. Si lo consigues, tu primera opción ante situaciones de estrés de tesorería debe de ser adelantarlos porque al tener poco riesgo te lo aceptarán de manera sencilla y además las condiciones son mejores.

La factura, en cambio, requiere un análisis del deudor de esa promesa de cobro que tienes. Es decir, te van a pedir acreditar la solvencia de tu deudor. Cuidado aquí porque si hablamos de realizar el estudio con un banco esto puede llevarte más tiempo de lo que tarde en llegar la tensión de tesorería, ¡intenta hacerlo en una fintech siempre!

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¿Cuándo debemos utilizar este tipo de financiación?

Como decíamos, siempre que tengas un pagaré. Pero si cobras con facturas y tus clientes y tus facturas son de un tamaño razonable, realiza anticipo de facturas siempre que:

  • Tienes ya una póliza de crédito que soporta tu descuadre estructural pero, se avecina un desfase puntual que va a hacer que tu necesidad de crédito aumente. ¡Descuenta facturas!
  • Tienes un desfase relativamente estructural, pero tus clientes son pocos. Es más sencillo controlar los pagos de pocos clientes y no habrá tanta frecuencia. Puedes adelantar las facturas solo cuando se avecine el descuadre de tesorería, así optimizarás saldos y evitarás comisiones e intereses por el crédito no dispuesto
  • Tus clientes son muy grandes y solventes. No solo es una buena idea por la operativa sino que además muy probablemente el interés que te cobren sea menor incluso que la póliza de crédito

Buenísimo, ya sabemos la teoría de cómo identificar cuándo utilizar cada una de las fuentes de financiación más habituales pero, ¿cómo lo ponemos en práctica?

Son muchos datos y darles seguimiento para poder optimizar tus saldos de tesorería y estipular qué fuentes de financiación son las mejores para tu situación requiere tiempo y dedicación.

Si tienes un Director Financiero en tu empresa, que se lea este artículo. Si no lo tienes, puedes utilizar softwares de asesoramiento financiero virtual y herramientas como Finutive que te ayudan a gestionar la tesorería y finanzas para ser un CFO Top!

 

Artículo escrito por Gonzalo Fernández, Socio fundador de @Finutive.

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